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Cassie Mosley
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Cassie Mosley
Nombre: Cassie
Apellido: Mosley Gontier
Edad: 20
Grupo al que pertenece: sicarios
Apariencia Física(Se puede imagen en Spoiler):
Cassie tiene un aspecto físico que suele agradar a la vista y que le sirve como herramienta a la hora de distraer, engatusar y manipular a sus víctimas. Le gusta vestir de forma atrevida, mostrando las piernas bronceadas que sostienen su metro setenta de altura o dejando entrever el escote de talla noventa, sin caer nunca en lo vulgar. No obstante, prefiere ser práctica y llevar pantalones cómodos que caigan de su cadera y camisetas de bandas musicales. Sea como fuere, siempre arrastra consigo un aura carismática que atrapa las miradas.
A pesar de su estrecha cintura no le falta por donde agarrar y su piel tersa y suave hace arder de deseo a más de un hombre, aunque pocos son los que llegan a probarla. Es demasiado orgullosa como para dejarse caer en los brazos de alguien fácilmente, un rasgo arraigado de su personalidad que comenzó como una critica a la actitud completamente opuesta de su madre.
Lleve lo que lleve puesto encima, ya sean los pantalones caídos de su ex novio o una falta poco más ancha que un cinturón, se decanta por los peinados descuidados. Rara vez se preocupa por ordenar la maraña de pelo castaño que perfila su rostro, un rostro de ojos grandes y desafiantes, pómulos resaltados y labios perfectamente perfilados.
Esconde un piercing en el ombligo y el tatuaje de una cría de dragón en el tobillo derecho. Además lleva pendientes tanto en el cartílago como en el lóbulo de la oreja.
Nunca le han faltado pretendientes. Y nunca los ha querido.
Personalidad:
Si su físico atrae las miradas, su lengua las espanta.
Desde pequeña ha aprendido que la sinceridad es una arma mucho más hiriente que las mentiras. Nunca le ha gustado atacar por la espalda, prefiere apuntar directamente al corazón.
Ella es...
Fría. Le gusta presumir de su entrenada inalterabilidad, pero la expresividad de su rostro puede ser aún más peligrosa, pues cuando quiere sus ojos destilan veneno. Si las miradas matasen...
Astuta. Es difícil de engañar, pues a ella se le da demasiado bien y conoce demasiados trucos. Aunque siempre está dispuesta a aprender más. Sabe prever las oportunidades y aprovecharlas, cambiar el viento a su favor.
Dura de roer. Después de intentar ser violada en los barrios que frecuenta decidió hacer un pequeño curso de defensa personal. Más tarde, atraída por la cultura japonesa, asistió a clases de kendo y de kenjutsu para aprender a manejar el bokken, la katana, y practicar con el wakizasi.
Hábil. Al no tener apenas con lo que sustentar sus vicios y con lo que comer, poco a poco se convirtió en una experta ladrona, tan hábil con los juegos de manos que no tenía nada que envidiar a un prestidigitador. Fue esa habilidad la que atrajo unas cuantas amistades no recomendables. Pero cuando el mundo lo mueve el dinero, el que tiene el dinero manda.
Orgullosa. Demasiado orgullosa. Es incapaz de morderse la lengua, es incapaz de quedarse con los brazos cruzados cuando algo la ofende y, sobretodo, es incapaz de decir que no a un reto.
Perfeccionista. No le gusta dejar cabos sueltos, ni siquiera una magdalena sin terminar. El resultado debe rozar la absoluta perfección. Para ella esta característica es un grave defecto, ya que roza la obsesión y la maniaticidad.
Historia (Mínimo 5 lineas):
Su madre, Karen, era una mujer de mediana edad que se había quedado embarazada prematuramente durante una gira de su grupo. ¿Su padre? Ni lo sabía ni le importaba. Karen apenas solía acordarse del nombre del último hombre que se había metido entre sus piernas. Cassie había crecido escuchando los gritos de su madre al otro lado de la pared, los crujidos del somier, y se había acostumbrado a recoger los vómitos, las pastillas sueltas, las manchas de semen del colchón. Sí, Karen nunca fue una buena madre y su casa nunca fue un hogar al que acudir cuando se necesitaba consuelo. Por eso Cassie pasó la mayor parte de su infancia recorriendo las calles de su ciudad, una ciudad sucia y corrupta, que la acogió en su seno y la enseñó a sobrevivir.
Su madre no ganaba una mierda con los míseros conciertos que daba su grupo y casi todo lo gastaba en drogas y alcohol, así que Cassie había aprendido a arreglárselas por si sola, a raspar el suelo para encontrar dinero debajo de las piedras. Así fue cómo se convirtió en ladrona, cómplice y, cuando lo requería la situación, traficante. Así fue cómo formó un duro caparazón de acero a su alrededor, invisible pero indestructible.
Lo único que aprendió de su madre fue a cantar. Karen era voz y guitarra rítmica en su grupo, y había enseñado a su hija todo lo que sabía. La muy zorra era una artista, una degenerada y desaprovechada artista que estaba tirando su vida por el retrete. Pero artista al fin y al cabo.
Cassie decidió terminar los estudios mientras hacía sus trabajos sucios y ejercía de camarera en los bares, se metió en la carrera de Telecomunicaciones, especializada en imagen y sonido, pero al cabo de dos años, aburrida de tener que seguir el ritmo de los demás alumnos con el nuevo plan de estudios, dejó la carrera.
Con 20 años se había ganado cierta fama en la ciudad y había conseguido varios trabajos como técnico de sonido, ayudando con proyectos de aislamiento acústico en locales destinados a conservatorios y programando sistemas varios, de paso conseguía acceso a la base de datos de las empresas que la contrataban como sustituta temporal, lo cual abría las puertas a un maravilloso mundo de posibilidades. Además había aprendido unos cuantos trucos por sí sola, trucos que no te enseñan en la universidad. Y, ante todo, había aprendido a sobrevivir.
Habilidades:
Es buena cantante y guitarrista, aunque se niega rotundamente a seguir el camino de su madre y prefiere dedicarse a programar y manipular cualquier programa que tenga que ver con la imagen y con el sonido. Tiene una visión espacial remarcable y gran memoria fotográfica, al entrar en un local puede hacer un rápido estudio de su acústica, o si le dejan un ordenador puede hacer estragos entrando en los sistemas de vigilancia y alterar las señales emitidas por las cámaras y los altavoces, o desmontarlos directamente. Algunos niños tenían juguetes de playmovil, ella tenía televisiones viejas, radios y móviles.
Sabe dibujar, y su memoria fotográfica le ayuda a retratar los rostros de personas con las que se encuentra en el metro o por la calle, y recrear distraídamente escenas mientras piensa las soluciones de un crucigrama.
Sabe kendo y kenjutsu, pero sólo practica en los gimnasios o en la intimidad del cuchitril que tiene como casa. No es lo más apropiado caminar por la calle con una katana apoyada en la cadera, al estilo kill bill. Llamaría demasiado la atención. Pero esos entrenamientos han propiciado sus reflejos y su capacidad de concentración enormemente.
Todo ello es gracias a su mente rápida y despierta, pero la habilidad más destacable que posee, es el don del lenguaje.
Posibles datos de interés:
Le encantan los juegos matemáticos, los enigmas que parecen indescifrables, no puede dejar un sudoku sin terminar, un crucigrama en blanco, o un rompecabezas sin armar.
Detesta con toda su alma los colores fosforitos y extremadamente brillantes.
Le encanta el circo. Odia a los payasos.
Y suele preferir a los animales antes que a las personas.
Apellido: Mosley Gontier
Edad: 20
Grupo al que pertenece: sicarios
Apariencia Física(Se puede imagen en Spoiler):
Cassie tiene un aspecto físico que suele agradar a la vista y que le sirve como herramienta a la hora de distraer, engatusar y manipular a sus víctimas. Le gusta vestir de forma atrevida, mostrando las piernas bronceadas que sostienen su metro setenta de altura o dejando entrever el escote de talla noventa, sin caer nunca en lo vulgar. No obstante, prefiere ser práctica y llevar pantalones cómodos que caigan de su cadera y camisetas de bandas musicales. Sea como fuere, siempre arrastra consigo un aura carismática que atrapa las miradas.
A pesar de su estrecha cintura no le falta por donde agarrar y su piel tersa y suave hace arder de deseo a más de un hombre, aunque pocos son los que llegan a probarla. Es demasiado orgullosa como para dejarse caer en los brazos de alguien fácilmente, un rasgo arraigado de su personalidad que comenzó como una critica a la actitud completamente opuesta de su madre.
Lleve lo que lleve puesto encima, ya sean los pantalones caídos de su ex novio o una falta poco más ancha que un cinturón, se decanta por los peinados descuidados. Rara vez se preocupa por ordenar la maraña de pelo castaño que perfila su rostro, un rostro de ojos grandes y desafiantes, pómulos resaltados y labios perfectamente perfilados.
Esconde un piercing en el ombligo y el tatuaje de una cría de dragón en el tobillo derecho. Además lleva pendientes tanto en el cartílago como en el lóbulo de la oreja.
Nunca le han faltado pretendientes. Y nunca los ha querido.
Personalidad:
Si su físico atrae las miradas, su lengua las espanta.
Desde pequeña ha aprendido que la sinceridad es una arma mucho más hiriente que las mentiras. Nunca le ha gustado atacar por la espalda, prefiere apuntar directamente al corazón.
Ella es...
Fría. Le gusta presumir de su entrenada inalterabilidad, pero la expresividad de su rostro puede ser aún más peligrosa, pues cuando quiere sus ojos destilan veneno. Si las miradas matasen...
Astuta. Es difícil de engañar, pues a ella se le da demasiado bien y conoce demasiados trucos. Aunque siempre está dispuesta a aprender más. Sabe prever las oportunidades y aprovecharlas, cambiar el viento a su favor.
Dura de roer. Después de intentar ser violada en los barrios que frecuenta decidió hacer un pequeño curso de defensa personal. Más tarde, atraída por la cultura japonesa, asistió a clases de kendo y de kenjutsu para aprender a manejar el bokken, la katana, y practicar con el wakizasi.
Hábil. Al no tener apenas con lo que sustentar sus vicios y con lo que comer, poco a poco se convirtió en una experta ladrona, tan hábil con los juegos de manos que no tenía nada que envidiar a un prestidigitador. Fue esa habilidad la que atrajo unas cuantas amistades no recomendables. Pero cuando el mundo lo mueve el dinero, el que tiene el dinero manda.
Orgullosa. Demasiado orgullosa. Es incapaz de morderse la lengua, es incapaz de quedarse con los brazos cruzados cuando algo la ofende y, sobretodo, es incapaz de decir que no a un reto.
Perfeccionista. No le gusta dejar cabos sueltos, ni siquiera una magdalena sin terminar. El resultado debe rozar la absoluta perfección. Para ella esta característica es un grave defecto, ya que roza la obsesión y la maniaticidad.
Historia (Mínimo 5 lineas):
Su madre, Karen, era una mujer de mediana edad que se había quedado embarazada prematuramente durante una gira de su grupo. ¿Su padre? Ni lo sabía ni le importaba. Karen apenas solía acordarse del nombre del último hombre que se había metido entre sus piernas. Cassie había crecido escuchando los gritos de su madre al otro lado de la pared, los crujidos del somier, y se había acostumbrado a recoger los vómitos, las pastillas sueltas, las manchas de semen del colchón. Sí, Karen nunca fue una buena madre y su casa nunca fue un hogar al que acudir cuando se necesitaba consuelo. Por eso Cassie pasó la mayor parte de su infancia recorriendo las calles de su ciudad, una ciudad sucia y corrupta, que la acogió en su seno y la enseñó a sobrevivir.
Su madre no ganaba una mierda con los míseros conciertos que daba su grupo y casi todo lo gastaba en drogas y alcohol, así que Cassie había aprendido a arreglárselas por si sola, a raspar el suelo para encontrar dinero debajo de las piedras. Así fue cómo se convirtió en ladrona, cómplice y, cuando lo requería la situación, traficante. Así fue cómo formó un duro caparazón de acero a su alrededor, invisible pero indestructible.
Lo único que aprendió de su madre fue a cantar. Karen era voz y guitarra rítmica en su grupo, y había enseñado a su hija todo lo que sabía. La muy zorra era una artista, una degenerada y desaprovechada artista que estaba tirando su vida por el retrete. Pero artista al fin y al cabo.
Cassie decidió terminar los estudios mientras hacía sus trabajos sucios y ejercía de camarera en los bares, se metió en la carrera de Telecomunicaciones, especializada en imagen y sonido, pero al cabo de dos años, aburrida de tener que seguir el ritmo de los demás alumnos con el nuevo plan de estudios, dejó la carrera.
Con 20 años se había ganado cierta fama en la ciudad y había conseguido varios trabajos como técnico de sonido, ayudando con proyectos de aislamiento acústico en locales destinados a conservatorios y programando sistemas varios, de paso conseguía acceso a la base de datos de las empresas que la contrataban como sustituta temporal, lo cual abría las puertas a un maravilloso mundo de posibilidades. Además había aprendido unos cuantos trucos por sí sola, trucos que no te enseñan en la universidad. Y, ante todo, había aprendido a sobrevivir.
Habilidades:
Es buena cantante y guitarrista, aunque se niega rotundamente a seguir el camino de su madre y prefiere dedicarse a programar y manipular cualquier programa que tenga que ver con la imagen y con el sonido. Tiene una visión espacial remarcable y gran memoria fotográfica, al entrar en un local puede hacer un rápido estudio de su acústica, o si le dejan un ordenador puede hacer estragos entrando en los sistemas de vigilancia y alterar las señales emitidas por las cámaras y los altavoces, o desmontarlos directamente. Algunos niños tenían juguetes de playmovil, ella tenía televisiones viejas, radios y móviles.
Sabe dibujar, y su memoria fotográfica le ayuda a retratar los rostros de personas con las que se encuentra en el metro o por la calle, y recrear distraídamente escenas mientras piensa las soluciones de un crucigrama.
Sabe kendo y kenjutsu, pero sólo practica en los gimnasios o en la intimidad del cuchitril que tiene como casa. No es lo más apropiado caminar por la calle con una katana apoyada en la cadera, al estilo kill bill. Llamaría demasiado la atención. Pero esos entrenamientos han propiciado sus reflejos y su capacidad de concentración enormemente.
Todo ello es gracias a su mente rápida y despierta, pero la habilidad más destacable que posee, es el don del lenguaje.
Posibles datos de interés:
Le encantan los juegos matemáticos, los enigmas que parecen indescifrables, no puede dejar un sudoku sin terminar, un crucigrama en blanco, o un rompecabezas sin armar.
Detesta con toda su alma los colores fosforitos y extremadamente brillantes.
Le encanta el circo. Odia a los payasos.
Y suele preferir a los animales antes que a las personas.
Cassie Mosley- Localización : Unlaw City
Mensajes : 47
Fecha de inscripción : 14/04/2010
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